Miro por la ventana y me doy cuenta que el sol se está yendo. Me olvido que en esta época del año el día dura tan poco.
Tenía ganas de sacar fotos a unas cuevas que descubrí en un cerro camino a Sañicó. Repentinamente siento la urgencia del que llega tarde a un compromiso.
Le voy a avisar al Negro que estaba durmiendo una siesta. Le cuesta reaccionar, se levanta pero necesita calentar agua para ir tomando unos mates en el viaje. Lo conozco bastante y sé que eso es algo que no puedo negociar, así que mientras termina de despertarse, pongo el agua, enciendo la hornalla, desengancho el trailer del bote, cargo cámaras, trípodes, abrigo y lo espero afuera con el motor en marcha.
Una vez al pie de las cuevas hay que caminar un rato cuesta arriba. Llegamos justo con los últimos rayos de sol, lleno de colores cálidos a pesar del frío:
Cada paso que damos durante la subida levanta pequeñas nubes de cenizas. Son los restos de la erupción del Calbuco. Es algo molesto pero pronto van a ser un recuerdo cuando se las lleven el viento y el agua.
Hay una relación reveladora entre esta erupción y el material en el que están cavadas las cuevas, ya que forman parte de una capa geológica de cenizas volcánicas compactadas, producto de erupciones muy similares a la reciente, pero muchísimo más poderosas. Se cree que la acumulación de estas cenizas ocurrió en un tiempo muy breve, de apenas unos días. Capas geológicas sucesivas las fueron compactando, pero sigue impresionando por su grosor actual. Imagínense todo el paisaje cubierto de un día para el otro con decenas de metros de cenizas volcánicas… Una catástrofe regional y que seguramente tuvo influencia mundial. Ocurrió hace más de 10 millones de años y por lo que leí tal vez integre la formación Collón Curá.
Hoy es un bello lugar que se ilumina de naranja y amarillo para mi autorretrato vespertino. Hace millones de años fue el infierno en la tierra:
La erosión del viento implacablemente fue haciendo su trabajo y hoy tenemos un grupo de cuatro cuevas:
En la más grande puedo mantenerme de pie mientras saco la foto de su interior y el entorno; un poco más abajo también aparece el Negro que fotografía el atardecer:
Muchas gracias por mirar.
Mariano
Muy buenas las fotos y mejor aun el relato, vivo en Nqn y soy amante de ir a lugares pocos conocidos con su belleza a pleno, tendré que hacerme un viajecito para conocer esas cuevas. Gracias por darlas a conocer, saludos
Muchas gracias Marcelo, me alegro que te hayan gustado y que estés pensando recorrer esa zona que es muy interesante. Saludos.
Preciosos fotos amigo. En verdad felicitaciones..!
Muchas gracias amigo, te mando un abrazo!
HERMOSAS TUS FOTOS AMIGO
Muchas gracias Irma!
yo no conozco la patagonia, pero con tus fotos y tus relatos me parece estar allí , hasta me parece escuchar el sonido del viento…gracias y felicitaciones…
Me alegro mucho de poder acercarla con mis fotos. Ojalá puedas conocerla algún día. Te mando un saludo.
Muy buena cronica y bellas fotos!!
Muchas gracias Marcela!!
que decir, conozco mi patagonia de punta a punta, Marian, me emociona tanto la calidad y sentimiento de tus fotografias, te agradezco tanto, tanto q pueda el mundo entero saber tanto de tu talento como de nuestra hermosa amada y menos preciada patagonia querida, felicitaciones , gracias inmensas!!
Muchas gracias Chary, qué bueno viniendo de alguien que conoce bien la Patagonia. Te mando un saludo.